Trump le dio 60 días a Rusia para abandonar un tratado nuclear clave de 1987

Trump le dio 60 días a Rusia para abandonar un tratado nuclear clave de 1987

El gobierno de Estados Unidos aprovechó este martes la reunión de la alianza militar occidental OTAN en Bruselas para dar un ultimátum a Rusia -y una alerta a sus socios- de que, si no suspende el desarrollo de un sistema de misiles crucero en 60 días, comenzará el cronograma de seis meses para abandonar un tratado bilateral de 1987, que fue crucial en la distensión nuclear del fin de la Guerra Fría.

“O escondemos la cabeza en la arena o actuamos con el sentido común”, sentenció el secretario de Estado, Mike Pompeo en la reunión de ministros en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), después de acusar al gobierno ruso de “hacer trampa en sus obligaciones en el control de armas” y de destacar que nuevas potencias como China pueden construir este tipo armas sin límites.

“Hemos hablado mucho con los rusos. Esperamos que cambien el rumbo, pero hoy no hay ninguna indicación de que tengan la intención de hacerlo”, informó el secretario de Estado de ese país, Mike Pompeo.

Hace un mes y medio, el presidente Donald Trump había denunciado que el gobierno de Vladimir Putin de violar el Tratado de Fuerzas Nucleares de Mediano rango (INF por sus siglas en inglés), un acuerdo firmado en el ocaso de la Unión Soviética, que permitió la eliminación de casi 2.700 misiles de corto y mediano alcance y reducir la militarización de Europa tras más de 40 años de Guerra Fría.

“Tenemos que desarrollar esas armas”, argumentó Trump para explicar su decisión en un acto electoral semanas antes de los comicios de medio mandato de noviembre pasado. Pese a las advertencias de expertos en Defensa de todo el mundo sobre la posibilidad de una nueva guerra armamentística entre las principales potencias del mundo, Trump había asegurado que Rusia viola el acuerdo al desarrollar un sistema de misiles crucero tierra-aire, conocido como Novator 9M729, y este martes sus socios de la OTAN, que en principio habían reaccionado con cautela, le dieron la razón.

“Rusia tiene ahora una última oportunidad para volver a cumplir con el tratado, pero también debemos prepararnos para un mundo sin el tratado INF”, concluyó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una conferencia de prensa, luego del final de la reunión ministerial, según la agencia de noticias EFE.

Desde Moscú, no hubo reacción inmediata del gobierno, pero sí de voces oficialistas en el Congreso. “Podemos invitar a Pompeo al ensayo del sistema 729 y él verá que el misil vuela a una distancia de 498 kilómetros y no viola el tratado”, aseguró Frants Klintsévich, miembro de la comisión de Defensa y Seguridad del Senado ruso, a medios locales.

En la misma línea, el presidente de la comisión de Seguridad de la cámara baja, Vladímir Shamánov, destacó que Rusia le propuso a Estados Unidos “en numerosas ocasiones” sentarse a la mesa a negociar.

Una de estas ocasiones fue en Buenos Aires, el fin de semana pasado, al margen de la cumbre del G20.

Trump y Putin habían acordado reunirse, pero a último momento, antes de subirse al avión para viajar a Argentina, el mandatario estadounidense anunció que cancelaba el encuentro bilateral en repudio a la escalada militar y política entre Rusia y Ucrania cerca de las costas de la península de Crimea, un territorio ucraniano anexado unilateralmente por Moscú en 2014.

Sin una reunión confirmada entre los dos mandatarios en el corto plazo, la posibilidad de que Estados Unidos inicie en febrero próximo el proceso para abandonar el INF parece cada vez segura.

“Si el tratado INF colapsa y, dado que el nuevo tratado Start sobre armas estratégicas vence en 2021, el mundo podría quedarse sin ningún límite para los arsenales nucleares de las principales potencias nucleares por primera vez desde 1972”, advirtió a finales de octubre pasado Malcolm Chalmers, el vicepresidente general del Royal United Services Institute, un reconocido grupo de estudio británico especializado en Defensa. El tratado Start, como el INF, fue criticado por Trump.

Ambos acuerdos son parte del andamiaje institucional que Estados Unidos y la Unión Soviética primero y luego Rusia construyeron en los últimos años de la Guerra Fría y luego en la transición hacia un mundo unipolar para contener todos los arsenales de armas dispersados en el bloque socialista y evitar la emergencia de nuevas amenazas.

Este andamiaje institucional fue renovado en 2010 por los dos países cuando firmaron un nuevo tratado start -el que vence en 2021- que estableció que ambas potencias no podían desplegar más de 1.550 cabezas nucleares en un máximo de 700 sistemas de lanzamiento, como misiles balísticos intercontinentales, bombarderos y misiles balísticos dentro de submarinos. Fuente: Telam

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