Este sábado 31 de agosto, desde las 20, en López y Planes 157, la artista y gestora santafesina Florencia Palacios, inaugura “Paisaje Sintético”, su proyecto en el marco de muestras de Garra Galería, con la colaboración y el seguimiento de la curadora e investigadora, Renata Zas (Buenos Aires). La realización de esta muestra, cuenta con el apoyo del departamento de Industrias Culturales y la ayuda del personal del departamento de Patrimonio de la provincia y el Museo de Bellas Artes René Brusau (MUBA), dependientes del Instituto de Cultura.
La muestra surgió a partir de una convocatoria realizada por Garra Galería, espacio artístico coordinado por los artistas y gestores culturales Federico Fischer, Aldana Bit y Lautaro Fernández. Florencia Palacios seleccionó dos imágenes de la colección del MUBA, para llevar adelante un proyecto que “investiga la mutación sensitivo-dermo-neuronal que lo digital produce en las personas”.
El proyecto abarca la producción de tres piezas visuales, (un video, un póster y una escultura) que convocan a transeúntes físicos a reunirse en reflexión acerca de los hábitos y efectos naturalizados en nuestro régimen cotidiano de comunicación y vinculación.
“De esta manera estos registros proyectados por Florencia Palacios para ser situados en la ciudad de Chaco, buscan preguntar nuevamente sobre los puentes espacio temporales entre nuestra historia cultural como país de tierra indígena colonizada y envuelta de fantasías europeas en su diseño y proyección al mundo y su relación especifica con nuestro presente cyber-globalizado”, explicaron desde Garra Galería.
“El video proyectado en el galpón durante esta ocasión, nos mostrará un coqueto y amable surmenage, donde la protagonista parece reposar plácidamente. El póster titulado Morfogénesis juega con el cuadro de la colección MUBA, Mate y automate, proyectando una nueva imagen donde una protagonista busca auto-diseñar su rostro en una versión ciborg”.
De la escultura retrato no hace falta agregar nada más, más que el título: Self-recognition. Cualquier usuario actual de un Smartphone entenderá su relación respecto a dicha función.
“Nos fascinamos con todo tipo de aplicaciones, quitándonos las arrugas o cambiando de color, gozamos y reímos, mientras aumentamos nuestra propia distorsión. De este modo estas imágenes funcionarían como un perfecto tratamiento contra la realidad, expresando tal vez, como dice Florencia en su texto nuestro fracaso frente a la red del mercado y del control”, coincidieron en señalar desde Garra.
