Chaco en Malvinas: la provincia y los pueblos en la Guerra

Chaco en Malvinas: la provincia y los pueblos en la Guerra

Las memorias de la guerra impactan y son claves en los procesos de construcción de nuestras identidades nacional y provincial. La Guerra de Malvinas fue iniciativa inconsulta de la dictadura genocida y esto dio lugar a distintas estrategias de comunicación y construcción de una memoria que se impuso oficialmente. El Instituto de Cultura del Chaco, a través de su Dirección de Patrimonio, propone revisar ese proceso de manera colectiva y reflexionar. ¿Qué rol jugó nuestra provincia en esa guerra? ¿Qué rol tuvieron nuestros pueblos originarios? ¿Qué lugar ocupamos en esa memoria nacional?

Hoy es fundamental difundir conceptos que nos permitan reflexionar respectos de las estrategias del Estado nacional en distintas etapas: malvinización, desmalvinización, dismalvinización  ¿qué implicancias ha tenido en los propios ex combatientes y sus familias? ¿Qué enseñamos y aprendemos en las escuelas?

La distancia geográfica, las diferencias climáticas extremas, no impidieron que los combatientes en Malvinas sean de “este norte grande”, especialmente de Chaco y Corrientes.  30% de los soldados en Malvinas fueron de estas dos provincias, porcentaje que supera aún al de las provincias con mayor número de población.

Los datos y consideraciones que siguen, surgen de la Colección Conmemoraciones, un proyecto de investigación y divulgación de hechos históricos chaqueños con relevancia nacional, que elaboraron en 2010 el Museo del Hombre Chaqueño del Instituto de Cultura, la Dirección del Documentación del Ministerio de Educación y el Centro de Ex combatientes de Malvinas.

Alrededor de 1900 familias en nuestra provincia despidieron a sus hijos varones, algunos no volvieron a recibirlos. 57 soldados chaqueños murieron en las islas.  La experiencia desde allí nos marca la presencia de tantos contingentes escolares de nietos, sobrinos, hijos de ex combatientes. Historia reciente, sus protagonistas comparten su vida con nosotros. Historia reciente que es necesaria informarnos, debatir, volver a revisar recuerdos y olvidos.

Compartimos algunas de las reflexiones que la investigadora y doctora en antropología social Ana Pratesi, aportó a Conmemoraciones.

Los años previos a la guerra, en plena dictadura militar, el Chaco atravesaba una profunda crisis económica y social. Grandes sectores debieron emigrar desde localidades rurales a la capital o a otras ciudades. En esas circunstancias se designa Gobernador al Coronel José David Ruiz Palacios. Los principales referentes políticos comienzan a congregar opiniones sobre el proceso de transición hacia la apertura democrática.

A nivel nacional, las Fuerzas Armadas no ven con buenos ojos la apertura política propuesta por Viola y lo reemplazan en diciembre de 1981 por el General Leopoldo Fortunato Galtieri, quien comienza buscando en Estados Unidos apoyo para el régimen, y anuncia una próxima normalización de los partidos políticos con una previa intervención.

¿Qué sucedía en el Chaco el 2 de abril? En las semanas previas a este suceso, en el Chaco se suspendía a 200 obreros de la fábrica de plomo de Vilelas National Lead y en el Ingenio Las Palmas los obreros se negaban a cargar azúcar, denunciando el vaciamiento de stock por parte de la empresa manejada por el Ministerio de Acción Social de la Nación, lo que hacía peligrar el pago de sueldos y jornales y el normal funcionamiento del ingenio.  Por otra parte, distintas agrupaciones como la Juventud Peronista, el Partido Intransigente y el Consejo Profesional de Abogados repudiaban la violenta represión contra la movilización programada por la CGT el 30 de marzo.

El 2 de abril, el gobernador leyó un comunicado del Presidente Galtieri, e instó al pueblo “a encolumnarse junto al gobierno en esta decisión irrevocable e irreversible, sin otra bandera que no sea la celeste y blanca”. (Diario Norte, 03-04-82).

Chaco en Malvinas: la provincia y los pueblos en la Guerra 1

23.000 mil soldados argentinos fueron movilizados para esa guerra, muchos jóvenes de 18 a 20 años que se encontraban en servicio militar obligatorio. El hecho se sostuvo desde la reivindicación del derecho a la Soberanía Argentina sobre el archipiélago. Desde allí es importante pensar el apoyo popular que esa guerra recibió en el país y en el Chaco.

La guerra desencadenó el mayor movimiento de la historia argentina reciente. La sociedad puso su reserva moral en cuidar de sus soldados, con actos de virtud cotidiana que no pueden confundirse con un apoyo a la dictadura. Se realizaron numerosas donaciones, en dinero y en bienes, con el destino específico de crear escuelas y bibliotecas en las islas; esas donaciones llevaban la identificación para que fueran reconocidas como un aporte chaqueño.

La mayoría de las actividades eran para acompañar y cuidar a los soldados convocados por las Fuerzas Armadas para su movilización hacia el territorio en conflicto. En Chaco, fue notable el compromiso de los residentes extranjeros en la provincia. Fue el caso de paraguayos y polacos, con propuestas que rescataban de sus propias experiencias.

Esta movilización masiva de claro contenido antiimperialista introdujo a la vida política a una nueva generación: jóvenes que no tenían edad para ser reclutados, muchos de cuyos miembros integrarían más tarde los movimientos por los derechos humanos, los partidos políticos.

 

Soldados indígenas: doble victimización

El investigador y referente qom, Juan Chico realiza un valioso aporte a la reflexión: la visibilización de los indígenas ex combatientes. La investigación releva 50 chaqueños que transitaron esta experiencia, y por una doble victimización: “ser indios, cabecitas negras, ser indios durante la guerra; y no acceder a los actos reparatorios luego de la guerra.”

Entender que como sociedad se exigió a la población a defender una nacionalidad de la que nunca fueron parte para recibir sus beneficios. Sin embargo, sus propias reflexiones respecto de su condición ubican este reclamo de una victimización más profunda que vincula su condición étnica en tensión con la nacionalidad: “Los indígenas que estuvieron en Malvinas dicen: ´no nos dieron las armas necesarias, no nos dieron el abrigo necesario, pero con orgullo defendimos la patria, sabiendo que este Estado argentino 100 años antes estaba matando a nuestros viejos. Nosotros con honor fuimos y defendimos la soberanía”. (Juan Chico en Marcha, 2018).

 

El para qué de la memoria

La memoria colectiva es una construcción permanente. Una mirada sobre el pasado desde el presente; cuando cambia el presente, la mirada también se modifica.  Es uno de los elementos principales para construir identidad, la pertenencia a un colectivo. El Estado argentino desplegó diferentes estrategias sobre la construcción de la memoria de la guerra, que se modificaron fuertemente en la década del 90.

Se habla de Malvinización cuando la memoria se funda en la reivindicación nacional de soberanía sobre las islas; Desmalvinización, un proceso de olvido, silencio y sobre los hechos de la guerra y sus consecuencias; y Dismalvinización, recuerdos y discursos que descalifican el acontecimiento de manera total.

La memoria funda nuestra identidad como pueblo, por ello es importante revisar las miradas del pasado. En las memorias sobre la Guerra de Malvinas, consideramos importante no dar lugar primordial solo al descreimiento en la movilización popular y por ende al desarme moral del pueblo. Recordar para no repetir errores, para aprender del pasado común. De la sociedad depende que para las generaciones futuras la memoria de la Guerra de Malvinas no quede reducida a la fórmula “Héroes que murieron por la Patria”, sino que, su conmemoración exprese la complejidad de este hecho y sirva para reflexionar sobre la defensa de la soberanía y la lucha contra toda forma de colonialismo siempre por la vía de la paz.

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