El Archivo Histórico de la provincia Monseñor José Alumni, bajo la órbita del Instituto de Cultura del Chaco, cumple este 25 de septiembre, 66 años de vida. Reserva sustancial del pasado, custodia del patrimonio documental de nuestra sociedad, esta institución es parte significativa de la memoria colectiva y representación de conocimiento.
Se dice que el archivo histórico es una isla del tesoro. Especialmente, para los amantes del pasado que van a hurgar sus arcones repletos de hechos singulares, los cofres que conservan el tratado de los días y los siglos, las coronas de las epopeyas, los mantos azabaches de los tiempos infaustos, los libros y cartas que reflejan al hombre como esmeraldas de un arete, crónicas administrativas, judiciales, sociales, enhebradas cual perlas al collar, colecciones de diarios y periódicos como eslabones de una recargada pulsera, fotografías de antaño que deslumbran como el lapislázuli de un anillo.
Hacia aquella isla parten los curiosos y estudiosos, traductores e intérpretes del pasado al encuentro de aquellos tesoros que, como hitos legítimos del ayer, dan respuestas claves al presente.
En términos estrictos, los archivos históricos constituyen la garantía de la evolución jurídica y administrativa de la sociedad. Suma testimonial que evidencia la experiencia humana. Su finalidad es salvaguardar y difundir el patrimonio documental, garantizar la transferencia del acervo cultural de una generación a otra, como fuente de conocimiento y cultura que aporta, indefectiblemente al hoy.
Pero además de la conservación de documentos calificados, pone a disposición para la consulta pública. A estos anales esenciales que permiten comprender una sociedad, le cabe el mismo mandato que a la historia pues, del pasado, se puede y se debe aprender.
“Más allá de la función social que cumple el Archivo Histórico Monseñor Alumni, me interesa destacar la relación afectiva y política que la provincia entabló con la institución”, señaló Mariela Quirós, presidenta del Instituto de Cultura, y puso énfasis en el hecho de que “todas, todes y todos acudimos alguna vez al Archivo, ya sea con fines pedagógicos, políticos e, incluso, empujados por la simple nostalgia”. “Ocurre que la memoria que el Archivo resguarda es también nuestra memoria, es parte de nuestra vida intensa como pueblo, es el testimonio de vida de un pueblo”, aseguró Quirós.
“Entendiendo a la cultura como un proceso de construcción de sentido, resulta fundamental trabajar en la puesta en valor y visibilización del patrimonio cultural a través de los relatos que los acompañan y les dan sentido en el imaginario colectivo. Es por eso que, desde el programa Patrimonio Activo, trabajamos continuamente en estos procesos en el que chaqueños y chaqueñas puedan conocer, apropiarse y sentirse identificados con el patrimonio cultural de la provincia”, puntualizó la presidenta del Instituto.
Nuestro archivo
El Archivo Histórico de la Provincia fue creado por iniciativa de Monseñor José Alumni, quien ejerció como vicario de la Diócesis de Resistencia y se destacó como historiador y arqueólogo. Hombre dinámico y de espíritu emprendedor, Alumni trabajó incansablemente para que el Chaco tuviera su Archivo Histórico.
La provincialización del Chaco, en 1951, y la amistad de Alumni con el primer gobernador, don Felipe Gallardo, fueron determinantes para propiciar la concreción del Archivo. Es así que el 25 de septiembre de 1954, el primer gobernador constitucional del Chaco, firma el decreto N° 2.318 de creación del Archivo Histórico, Biblioteca y Museo de la Provincia, que designó a Monseñor Alumni como director General.
El decreto consta de siete artículos y en el 2° establece que el archivo “tiene por objeto acumular, conservar y divulgar los documentos, obras y objetos que concentran el saber y la experiencia del pasado, para orientar por medio de ellos la evolución espiritual de nuestro pueblo y crear un tipo de cultura superior”.
“Me interesa destacar la visión política de Felipe Gallardo, primer gobernador provincial, y quien fue artífice de su creación junto a Monseñor Alumni”, dijo Mariela Quirós, quien además destacó el valor político de aquella creación. “El Archivo histórico fue uno de los hitos que trajo consigo la provincialización del Chaco, forma parte de un momento político y social bisagra en la vida de las y los chaqueños. La provincialización también supuso, en ese sentido, el rescate de la memoria. Y la creación e inauguración del Archivo histórico es también testimonio de aquella etapa de esplendor político”, destacó la presidenta del Instituto de Cultura.
Por otra parte, Quirós reivindicó la labor de las trabajadoras y trabajadores del Archivo, su “función de resguardo, su compromiso con el lugar y con los materiales a su cargo”. “Es un trabajo conmovedor, pero sobre todo inspirador: son quienes se encargan de que todos los procedimientos de conservación y cuidado se cumplan. Ellas y ellos son parte de esa memoria, de ese testimonio, de ese amor por la historia de la provincia”, valoró la funcionaria a cargo de la cartera cultural.
Ubicado en Pellegrini 221 de la ciudad de Resistencia, a muchos se les escapa una curiosidad: la institución ocupa parte del edificio histórico del diario El Territorio, y un diario, en cierta forma, es también el archivo histórico de un lugar. El archivo cuenta con varios fondos documentales procedentes de instituciones y particulares que datan de 1874 a 2010.
La documentación correspondiente al período Territorial se refiere a la administración de gobierno, tales el Copiador de Secretaria de Gobernación (1885- 1947); las Memorias de gobernadores del Chaco, Antecedentes y denominación de pueblos (1888-1950); la Mensura Colonia Resistencia (1875-1879), entre otros valiosos.
Desde la provincialización del Chaco en 1951, los fondos se diversifican temáticamente, abarcando temas administrativos, educativos, económicos, culturales, judiciales, defensa. Se pueden apreciar series como: censos, registro de decretos, antecedentes de formación de pueblos, boletines oficiales, marcas y señales, entre otros.
También cuenta con valiosa información referida a los pueblos originarios y colecciones de diarios. Entre ellos vale destacar el diario El Territorio desde 1935 a 1989, y La Voz del Chaco desde 1915 a 1946, ambos, microfilmados y digitalizados.
Ampara también mapas y planos, testigos de la distribución territorial desde 1882 y fotografías representativas de toda la provincia, pueblos, actividades sociales y políticas, escuelas, entidades sociales, entre otros temas, las cuales se encuentran digitalizadas en su mayoría.
César Alfredo Obes, actual director del Archivo, señaló que “es de suma importancia dar a conocer el valor de este tipo de archivos como fuente de conocimiento, imprescindibles para asegurar la misión que tienen de resguardar la información, para la formación desde una dimensión educativa, cultural y social”. “La importancia que tiene el Archivo Histórico en el desarrollo cotidiano de la sociedad, a lo largo del tiempo es muy importante, ya sea para la administración, para su conocimiento retrospectivo, o bien como garantes del derecho de los ciudadanos a la información que produce la administración pública en el ejercicio de sus funciones”, explicó Obes.
Monseñor Alumni pretendía que la institución recopile, ordene, custodie y conserve toda la documentación, tanto de orden público como privado, que reflejara la evolución histórica, social, cultural, religiosa y económica de la provincia. Para lograr su finalidad, consideró adecuado tomar como modelo la organización del Archivo General de la Nación.
Nació como Archivo, Biblioteca y Museo Histórico. Para la Biblioteca proyectó la adquisición de libros y para el Museo, la ubicación, restauración y cuidado de los lugares históricos, investigaciones arqueológicas y el estudio de las ruinas del kilómetro 75, La Cangayé, San Bernardo, Pampa Tolosa, La Tapada y El Tragadero.
Desde la creación del archivo, todos sus directivos realizaron gestiones para que la institución estuviera adaptada a los requerimientos de conservación de la documentación a custodiar, pero éste anhelo fue postergado por muchos años, llevando a la institución a funcionar en distintos lugares; todos pocos convenientes y dañinos por su estructura. Hasta que el 27 de agosto de 1999, el Archivo Histórico logró su sede definitiva en el edificio donde funcionó el diario El Territorio, ubicado en Carlos Pellegrini 221.
Un tal Alumni
José Alumni, fue obispo de estas tierras y en su inclinación de feraz investigador, el fundador del archivo histórico. Nació en Cortona, Italia, el 17 de febrero de 1907. Sus padres emigraron a la Argentina y se radicaron en Entre Ríos donde José se ordenó sacerdote en 1931. Se inició como profesor de Lenguas Vivas en el propio Seminario y Capellán del Buen Pastor en la ciudad de Paraná.
En 1937 acompañó como secretario al obispo Nicolás De Carlo cuando éste viajó a tomar posesión de la diócesis de Resistencia, en el Territorio Nacional del Chaco, donde a lo largo de los años desarrolló una amplia labor social y pastoral, refrendada por el Papa Pio XII, que lo nombró Prelado Doméstico en 1943 y Protonotario Apostólico seis años después.
Se distinguió como historiador y arqueólogo. Tras el descubrimiento de las ruinas de la ciudad colonial de Concepción del Bermejo, dedicó muchos viajes y años de trabajo a la excavación arqueológica de los restos y el estudio de fuentes documentales. En 1946 localizó los restos de la Misión de La Cangayé, que había sido fundada por el gobernador Gabino Arias en 1781. Entre 1954 y 1956 fue director del Archivo Histórico de la provincia del Chaco. Escribió abundantes artículos y libros sobre la historia del Chaco, participó en programas radiales y televisivos, y dictó conferencias. Formó parte de la Comisión Provincial de Monumentos y Lugares Históricos del Chaco y de la Junta de Estudios Históricos y Geográficos de Corrientes, y fue miembro correspondiente de la Academia Nacional de la Historia.
Fue cura de la Parroquia de San Javier, en Resistencia, y por poco tiempo fue párroco de la Catedral. Ejerció también como Vicario Capitular de la diócesis, y en tal carácter fundó varias parroquias y capillas. En 1959, trasladado a Buenos Aires, dirigió el diario católico El Pueblo, fue catedrático de Historia de la Iglesia de la Diócesis de Mar del Plata. Acompañó a monseñor Antonio Caggiano al Concilio Vaticano II, y relató para las radios argentinas la ceremonia de inauguración del mismo.
Con su salud deteriorada, fue intervenido quirúrgicamente en España, pero a su regreso a la Argentina fue internado en un sanatorio del que no volvería a salir. Falleció el 17 de agosto de 1963 en Buenos Aires.
En la Antología 2016 de la Sociedad Argentina de Escritores – Filial Chaco, el profesor honoris causa Marcos Altamirano hizo una semblanza completa del paso de Alumni por el Chaco y sus frutos.
“Como resultado de sus investigaciones publicó numerosos artículos periodísticos y fue el primero en difundir la historia del Chaco a través de un extenso ciclo de audiciones radiales en la recordada emisora L.T.5 Radio Chaco. Escribió varias obras donde volcó sus investigaciones sobre la historia chaqueña: San Fernando del Río Negro, Nuestra Señora de los Dolores y Santiago de La Cangayé; El Chaco, figuras y hechos de su pasado, La ciudad de Resistencia. Apuntes Históricos”, señala la Antología de Altamirano.
“Estudioso y docente ejemplar, investigador minucioso y documentado, poseedor de una vasta cultura reflejada en la valiosa biblioteca que poseyó, parte de la cual se encuentra hoy en la Biblioteca Central Leopoldo Herrera de Resistencia. Por sus destacados méritos fue designado Miembro Correspondiente de la Junta de Estudios Históricos y Geográficos de la Provincia de Corrientes y también Miembro de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina. Integró además el Instituto Popular de estudios Chaqueños y la Comisión Provincial de Monumentos y Lugares Históricos. Fue un celoso custodio de nuestro patrimonio documental, y por ese motivo dio vida y organizó al Archivo Histórico de la Provincia del Chaco, creado por Decreto 2318 del 31 de octubre de 1954, el cual hoy lleva su nombre como justo homenaje a quien fuera su director-fundador”, finaliza.
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