El ex mandatario de Brasil instó al país a recuperar la confianza en Rousseff y respaldar el ajuste fiscal que ha propuesto, porque, según afirmó “es humanamente imposible gobernar Brasil con esta crisis”. Además, demandó al partido un “esfuerzo” en el Congreso para que se apruebe el ajuste propuesto por la presidenta.
Según Lula, es necesario recuperar la economía para que Brasil vuelva a crecer, y remarcó que es tarea de la presidenta recuperar el prestigio del gobierno. En esa línea, aseguró que la “prioridad cero” del partido en el Congreso es crear condiciones políticas para que las medidas de ajuste sean aprobadas.
“La prioridad cero es crear las condiciones para que se aprueben las medidas que Dilma (Rousseff) envió al Congreso, para que ella pueda definitivamente cerrar el ajuste. Sin la conclusión del ajuste, quedamos en una confusión política y una confusión de credibilidad muy grande”, reflexionó.
Por otro lado, señaló que “no existe ninguna mujer u hombre aquí que quiera arreglar la economía más rápido que Dilma porque ella lo necesita, y sabe que es importante”. “Ella sabe que la única condición de la gente para comenzar a recuperar el prestigio que el PT y el gobierno tuvieron, es recuperar la economía “, dijo Lula en otro momento de su discurso.
El fundador del PT reconoció que la “recuperación económica es urgente” y que no pueden pasar meses en la discusión sobre medidas de ajuste, como la recreación de la Contribución Provisional sobre las Transacciones Financieras (CPMF), más conocido como impuesto a las transacciones, y los problemas de la crisis política.
“No podemos estar otros seis meses discutiendo ajuste. No podemos hablar de otros seis meses más para debatir el CPMF. Tenemos que votar mañana, si fuera el caso. Todo lo que le importa a la oposición es organizar quinientos pretextos para hablar de cualquier tema y luego no discutir lo que importa, que es aprobar lo que Dilma envió al Congreso”, agregó, según lo citó la Agencia Brasil.
Por otro lado, el dirigente subrayó que el programa de recorte de gastos y aumento de impuestos que lleva a cabo la gestión de Rousseff, no es culpa del ministro de Hacienda Joaquim Levy, sino que estaba pautado desde antes de que aquel accediera al cargo. “Veo a compañeros que dicen ‘fuera Levy’ como antes decían ‘fuera el FMI’, pero no es lo mismo. El programa de ajuste estaba hecho desde antes que Levy llegara al gobierno”, dijo el ex mandatario.
Reiteró además su condena a los intentos de la oposición por iniciar un juicio político contra la mandataria por maniobras que el gobierno realizó para maquillar sus resultados de 2014 y que aún se mantienen.
Lula, sin embargo, rechazó esa acusación y aseguró que el PT debe “impedir” que “se siga hablando de una destitución” de Rousseff “cuando no hay ninguna base legal para eso”.
El ex mandatario reconoció que el gobierno y su partido “no pasan por el mejor momento”, lo cual se ha reflejado en las encuestas con un derrumbe del apoyo a Rousseff, que hoy se sitúa en torno al 8 %.
No obstante, y aunque reconoció “algunos errores”, sostuvo que eso fue consecuencia de un “férreo bombardeo contra el gobierno y el PT”, que atribuyó a “una élite que nunca aceptó lo que el partido ha hecho por los más pobres” del país.
Al llegar al lugar de la reunión en Brasilia, Lula fue ovacionado por militantes del PT que le cantaron el feliz cumpleaños. El ex presidente, quien cumplió 70 años el martes, sin haber realizado festejos.
Durante su intervención no se refirió a los problemas que enfrenta su entorno con la justicia, que investiga tanto sus negocios como los de uno de sus hijos frente a sospechas de corrupción.
En esa línea, el presidente del PT, Rui Falcao, quien inauguró la reunión expresó su “condena” a lo que calificó de “ataques odiosos contra Lula y su familia”.
El jueves, la Policía Federal obtuvo documentos que al parecer comprueban que el ex presidente mantuvo contactos con un lobista acusado de pagar sobornos a funcionarios que fue detenido el lunes pasado.
En el marco del Operativo Zelotes fueron incautados archivos en el escritorio de Mauro Marcondes Machado, que prestó servicios a montadoras de vehículos y otras empresas. Entre los papeles de Marcondes se encuentran notas de las cuales se infiere que mantuvo contactos con Lula en 2013.
Una de las hipótesis sobre las que trabajan los investigadores es que Marcondes contaba con la complicidad de funcionarios del Estado para la promulgación de decretos ley sobre exención impositiva para fábricas de autos.
Por otra parte la Policía allanó el lunes las oficinas del hijo del ex mandatario, Luis Claudio Lula da Silva, uno de los propietarios de la empresa LFT Marketing Deportivo.
La Procuraduría y la policía sospechan que Marcondes pagó unos 700 mil dólares al hijo de Lula, como forma de “gratificación” por los decretos ley que eximieron de impuestos a empresas automovilísticas. Fuente: Télam
