El intendente Jorge Capitanich participó este jueves del acto de emplazamiento del tercer reloj público en la intersección de las calles Irigoyen y Güemes, cargo de la Fundación Resistencianos. Esta inauguración fue declarada de interés municipal por medio de una resolución firmada por el propio intendente.
Con este acontecimiento, se completa el proyecto de relojes públicos presentado por la Fundación Resistencianos al Instituto de Cultura de la provincia y aprobado por la ley de Mecenazgo. El próximo proyecto a ejecutarse prevé la colocación de dos relojes en cada extremo de la Peatonal Raúl Alfonsín.
El jefe comunal agradeció el trabajo realizado por la Fundación Resistencianos y aseguró que para los vecinos de la ciudad es un gusto poder tener una institución que bregue por la identidad cultural. “Hay que resaltar la cooperación desinteresada en el marco de la ejecución de la Ley de Mecenazgo, que permite habilitar el tercero de cinco relojes que se instalarán a lo largo de este año”, agregó.
Capitanich reiteró que el objetivo primordial es continuar trabajando en conjunto por el bien común de los vecinos, recuperando el patrimonio histórico de la ciudad. “Claramente tenemos identificado que el primer reloj público que se instaló en Resistencia fue el 11 de diciembre de 1907, en lo que era el inicio de la estación del tren modelo de avenida Alberdi”, aclaró el intendente dándole un marco histórico a la actividad.
Para concluir, aseveró que este tipo de emplazamientos tienen un valor inconmensurable y muy fuerte, por lo que en nombre del Municipio de Resistencia se quiere brindar un cálido homenaje a toda esa Comisión de Raza que hace más de 100 años realizaron un aporte a la identidad de la ciudad.
Estuvieron además presentes en el acto, los secretarios Sebastián Benítez Molas (Cultura), Patricia Petray (general), así como los subsecretarios Mariela Quirós (Cultura), Hernán Knezovich (Desarrollo Humano), el concejal Juan Manuel Chaco y los miembros de la Fundación Resistencianos Roly Beveraggi, Carlos Alabe y Osvaldo Pérez Cuevas.
Repaso de la historia
El sistema de relojes públicos de Resistencia comenzó a funcionar a fines de 1933, con instrumentos adquiridos por una comisión popular presidida por Eugenio Varela. Estos relojes prestaron valiosos servicios a la comunidad por algo más de dos décadas, formaron parte del paisaje ciudadano y se adentraron en los sentimientos de los resistencianos.
Se desconoce el destino final de las maquinas. Recuperarlos (aunque ya no son los mismos) significa traer al presente una parte importante de la historia de la capital chaqueña, además de un gesto de reconocimiento para con aquellos vecinos que, con gran esfuerzo, posibilitaron que Resistencia tuviera la hora oficial. Los emplazamientos de los relojes en aquel entonces fueron en distintos sitios de la ciudad: Uno en Av. Alberdi y Perón e Ilia; el 2º en la esquina de las avenidas 9 de Julio y San Martin e Italia; el 3º frente a la Catedral y el 4º el más importante de todos en la Av. 25 de Mayo y Av. Avalos y Av. Hernandarias. Este último es el reloj más recordado por la gente, era un importante punto de referencia para las personas que llegaban o partían de Resistencia. El Pavimento de la Av. 25 de mayo llegaba hasta allí y era la entrada a la ciudad porque la antigua traza de la Ruta nacional Nº 11 pasaba por ese lugar. Se estima que los últimos relojes se retiraron en el año 1955 y hoy a 60 años de aquel hecho nuevamente están en pie dos y el lunes 18 de abril inauguramos el 3º para mantener la memoria viva de nuestra ciudad.
Debe estar conectado para enviar un comentario.