El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue internado de urgencia este lunes en la ciudad de San Pablo para ser sometido a exámenes ante una posible obstrucción intestinal y hasta esta tarde no tenía previsión de alta, aunque su estado fue calificado de “estable”, según un parte médico.
“El presidente Jair Messias Bolsonaro ingresó en la unidad a la madrugada de este lunes debido a un cuadro de suboclusión intestinal; está estable, en tratamiento y será evaluado durante la mañana; por el momento, sin previsión de alta”, dice el comunicado del hospital privado Vila Nota Star enviado a Télam.
Bolsonaro, de 66 años, tiene problemas recurrentes y ya tuvo cuatro cirugías estomacales luego de haber sufrido en 2018 un atentado con un cuchillo por parte de un hombre con problemas mentales considerado inimputable e internado en una cárcel de máxima seguridad, durante un acto de su campaña electoral en Minas Gerais, algo que le valió una explosión de popularidad para vencer el pleito.
La Secretaría de Comunicación del gobierno, por su parte, informó que el mandatario se encontraba bien y que más detalles serán divulgados posteriormente, cuando se actualice el parte médico, en un mensaje divulgado a la prensa por el Palacio del Planalto.
Bolsonaro debió interrumpir a la 1.30 de este lunes sus vacaciones en Sao Francisco do Sul, Santa Catarina, para trasladarse al hospital privado Vila Nova Star, de San Pablo, en un avión de la Fuerza Aérea junto con familiares y una comitiva.
Desde su cama, se mostró con una sonda nasogástrica en las redes sociales y dijo que podría ser sometido a una nueva cirugía, lo cual dependía de lo que arrojaran los exámenes.
Bolsonaro inició chequeos en el hospital VIla Nova Star, en el barrio de Vila Olimpia, en la zona sur de San Pablo, donde ya fue operado por el mismo motivo en julio de 2020.
El cirujano Antônio Luiz Macedo, quien operó a Bolsonaro en septiembre de 2018 y lo está siguiendo clínicamente, anunció al portal UOL que regresará de sus vacaciones en Bahamas para ocuparse personalmente de la salud del presidente.
El mandatario estuvo en la semana del año nuevo de vacaciones en una playa de Santa Catarina, donde hizo jet ski y caminó en la playa entre seguidores, y firmó desde allí decretos de relevancia para 2022, como la promulgación de la ley del subsidio Auxilio Brasil, la ayuda de 83 dólares a 16 millones de familias que busca ser su cara social para la reelección en 2022.
También promulgó el viernes por la noche, último día de 2021, la prórroga de la reducción de los aportes patronales para 2022.
El jefe del Estado recibió críticas por ir a la playa y no hacerse presente en el estado de Bahía, gobernado por la oposición, para solidarizarse con las familias de los 25 muertos y los 90.000 evacuados por las peores inundaciones de la historia en esa región del noreste.
Desde que fue víctima del atentado con cuchillo durante la campaña del 2018, Bolsonaro se sometió a cuatro cirugías vinculadas a ese ataque, además de otras dos no relacionadas con la herida, como una vasectomía y el retiro de un cálculo en la vejiga.
Además, en julio pasado fue internado por una crisis de hipo.
En su cuenta de Twitter, Bolsonaro escribió: “Más exámenes serán realizados para una posible cirugía de obstrucción interna en la región abdominal”.
Según contó, empezó a sentirse mal después del almuerzo de ayer en Sao Francisco do Sul, adonde pasó una semana de vacaciones y el año nuevo.
“Llegué al hospital a las 3 de hoy y me pusieron una sonda nasogástrica”, agregó.
Michelle Bolsonaro, la primera dama y madre de Laura, de 11 años, afirmó que el atentado que sufrió el mandatario “es una secuela que llevará para toda la vida”.
El vicepresidente, general Hamilton Mourao, de vacaciones en una base militar en una playa del estado de Bahía, dijo que tal vez no fuera necesario que asuma como jefe del Ejecutivo, debido a que Bolsonaro trabajó en otras internaciones.
Mourao tenía previsto regresar a Brasilia esta noche.
El reingreso de Bolsonaro al año laboral en una cama de hospital ocurre cuando comenzó, de facto, la campaña electoral para las elecciones presidenciales de octubre de 2022, para la que las encuestas dan como ganador en primera vuelta, a 20 puntos de diferencia del jefe del Estado, al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores.
En ese tono electoral, el senador Favio Bolsonaro, hijo del presidente, intentó nuevamente vincular a Adelio Bispo, quien atentó contra Bolsonaro, con el Partido Socialismo y Libertad (PSOL, de izquierda), al que el agresor había estado afiliado cinco años antes del ataque y con el cual no tenía ninguna vinculación en ese momento.
“Gracias a Dios mi padre está bien, cada vez que el pasa por esto es imposible no indignarse con la mentira de que Bolsonaro tiene un discurso de odio, cuando la verdad es víctima del odio de un exmilitante del PSOL y de mal amados hipócritas que desean su muerte”, dijo el senador .
La ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, la pastora evangelista Damares Alves, clave para la interlocución con las clases bajas neopentecostales del bolsonarismo, escribió en las redes: “Estamos en oración, donde hay oración hay victoria”. Fuente: Télam
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