En el cajón de Arribas

En el cajón de Arribas

El Gobierno no sólo minimizó la denuncia que salpica a Gustavo Arribas por haber recibido supuestas coimas en la obra pública; sino que también habría ajustado las clavijas en UFI (organismo encargado de investigar el lavado de dinero) para “cajonear” un pedido de informes sobre las transferencias recibidas por Arribas.

 

Una nota del diario La Nación destapó la olla. El jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas recibió de un operador de la firma Odebrecht transferencias por 600 mil dólares en el mes de septiembre de 2013, justo cuando se encaminaba la obra para el soterramiento del tres Sarmiento, ejecutada por la constructora brasilera.

Aliados a Cambiemos como Lilita Carrió y Graciela Ocaña; el FPV y todo el arco opositor (más la diputada Margarita Solbizer), y hasta la ONG de Laura Alonso de la Oficina Anticorrupción pidieron la inmediata separación del cargo de Arribas. Pero el Gobierno, al igual que con Panama Papers, minimizó la denuncia.

 

Cajoneando

La Nación puso quinta y avanzó con la difusión de un entramado de complicidad y encubrimiento. El matutino publicó este jueves que a mediados de 2016, la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo antilavado, recibió una alerta desde el exterior, a causa de las cinco transferencias de dinero que uno de los operadores de las coimas del gigante brasileño Odebrecht envió en 2013 a una cuenta del actual jefe de los espías, Gustavo Arribas. Desde entonces, las autoridades de la UIF no informaron a la Justicia sobre esos giros, según reconstruyó LA NACION en base a altas fuentes oficiales en la Argentina y en el exterior al tanto de lo ocurrido.

La información confidencial llegó a Buenos Aires en abril de 2016, cuando Macri llevaba cinco meses como presidente. Y se centró en las transferencias por casi US$ 600.000 que el “doleiro” Leonardo Meirelles envió a una cuenta a nombre de Arribas en septiembre de 2013.

La alerta por operación sospechosa la emitieron los responsables de otra unidad antilavado de América del Sur, y llegó a la UIF argentina entre el lunes 4 y viernes 8 de abril. Hasta ahora, desde la UIF local tampoco acusaron recibo de esos datos a los remitentes.

Consultados por LA NACION, en la UIF se negaron a confirmar o desmentir la existencia de esa alerta previa sobre Arribas. Se limitaron a responder que “habiendo revisado la normativa vinculada a nuestro deber de secreto, no corresponde que se haga ningún comentario sobre el tema de consultas”. Por el contrario, en la unidad antilavado, que lideran Mariano Federici y María Eugenia Talerico, ofrecieron “el canal de denuncia que establece la ley 25.246 en su artículo 17”, si LA NACION consideraba que tenía “algo para denunciar”.

Ese artículo establece que la UIF “recibirá información, manteniendo en secreto la identidad de los obligados a informar”, que ese secreto “cesará cuando se formule denuncia ante el Ministerio Público Fiscal”, y que “los sujetos de derecho ajenos al sector público y no comprendidos en la obligación de informar […] podrán formular denuncias” ante la propia unidad antilavado.

La detección de esas transferencias con destino a una cuenta en Suiza del actual jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) fue fortuita, según reconstruyó LA NACION. Ocurrió cuando los investigadores extranjeros comenzaron a analizar el material sobre el Lava Jato que habían recibido desde Brasil en busca de indicios sobre coimas pagadas a funcionarios de su país. Por eso, al detectar esos giros, verificar quién era Arribas y cuál era su rol en el gobierno de Macri, remitieron toda esa información confidencial a Buenos Aires.

Consultado por LA NACION, Arribas negó todo vínculo con el Lava Jato, el escándalo de corrupción que desde Brasil amenaza con propagarse a la Argentina y otros 10 países en los que Odebrecht reconoció ya de manera oficial que pagó sobornos. El jefe de los espías argentinos lo desmintió ayer mediante un comunicado público, que se publica completo en esta edición. Allí planteó además que sólo recibió una transferencia -no cinco- por US$ 70.000, como parte de pago por la venta de un inmueble en San Pablo para esa misma fecha de septiembre de 2013.

Hombre de confianza de Macri desde sus tiempos al frente de Boca Juniors, Arribas es un escribano dedicado a la compraventa de jugadores de fútbol. Radicado en Buenos Aires, optó luego por mudarse a Brasil. Y desde allí siguió el ascenso de su amigo desde la Jefatura de Gobierno porteño a la Casa Rosada, momento en el que Macri lo convocó para liderar la ex SIDE.

Dos años y tres meses antes de su designación al frente del espionaje argentino, el “doleiro” Meirelles emitió cinco transferencias por un total de US$ 594.518 con destino a la cuenta bancaria a nombre de Arribas en la sucursal Zurich del Credit Suisse, según la documentación que obtuvo LA NACION.

Esos cinco giros partieron del mismo origen: RFY Import & Export Limited, una sociedad de Hong Kong controlada por Meirelles, quien ya fue condenado a 5 años de reclusión por el juez del Lava Jato, Sergio Moro. Fuente: La Nación

 

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